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¿Alguien dijo que la Edad Media era una época oscura y desconocida?


Me siento afortunado al poder trabajar para un proyecto como People And Writing y poder compartir mi experiencia y mis impresiones con todos aquellos apasionados del “mundo medieval”.

¿Quién dijo que no se han conservado fuentes para el estudio de la Edad Media? Estamos acostumbrados a escuchar este planteamiento, especialmente en ambientes no académicos, aunque no exclusivamente, cuando el que habla se refiere a este fascinante período histórico. Un período que, en contra de lo que se piensa, ni fue oscuro ni fue una época de gente atrasada y analfabeta. De hecho, contamos con miles de fuentes que aún esperan a que las estudiemos para poder acabar con esa idea. Pero muchas de estas fuentes habitualmente pasan desapercibidas para una parte de los investigadores; e incluso en el ámbito de la Enseñanza Superior hispánica, es habitual que algunos profesores se centren en enseñar las fuentes escritas en letras góticas (ss. XIII-XVI), puesto que piensan que sus alumnos trabajarán preferentemente con estos modelos gráficos (que son mayoritarios) en sus futuras investigaciones. Esto provoca en muchas ocasiones que los estudiantes (entre los que yo mismo me incluyo) pasemos por alto las fuentes altomedievales (ss. VIII-XII), escritas fundamentalmente en letra visigótica y carolina, y como consecuencia, sean pocos los Trabajos de Fin de Grado y Fin de Máster centrados en estas fuentes, que año tras año ven la luz en las universidades.

El mes pasado comencé a trabajar para el proyecto People And Writing como técnico-investigador. Este proyecto se centra en el estudio de un corpus documental que nos ayudará a conocer cuál era el papel que jugaba la escritura en el día a día de las personas que vivían alejadas del mundo eclesiástico y aristocrático, esto es: las comunidades rurales de carácter laico formadas por la gente “del común”, que era el grupo mayoritario. Mi tarea consiste fundamentalmente en ayudar en la compilación de dicho corpus para su posterior estudio durante 5 años. A lo largo de este mes trabajando para el proyecto he colaborado en la recopilación e inventariado de alrededor de 3000 documentos altomedievales (años 900-1200) para la zona NO de la península. El caso portugués también merece una mención especial debido a la grata sorpresa que nos ha producido el comprobar que el conjunto documental conservado para el intervalo 900-1200 en territorio luso asciende unos 6000 documentos ¡Para que luego digan que no hay fuentes altomedievales!

Debo destacar que la euforia inicial de descubrir que se han conservado tantas fuentes para el estudio de la Alta Edad Media en el noroeste peninsular y Portugal, desaparece considerablemente cuando tienes que revisar uno a uno todos los documentos de la muestra para comprobar cuáles están accesibles en formato digital y cuáles no, y hay que solicitar al archivo histórico en el que se guardan –Archivo Histórico Nacional; y los archivos de las principales instituciones eclesiásticas gallegas, así como el Arquivo Nacional da Torre do Tombo para el ámbito luso. Resulta más emocionante cuando debes comprobar cuáles de los documentos en cuestión aún permanecen inéditos. Este trabajo, aunque es fundamental, no parece a priori muy divertido ¡pero esto no importa! Ya que para los amantes de la historia y la paleografía en general, y para mí en particular, lo tedioso de este trabajo se compensa con la agradable sensación que produce el estar “cara a cara” con un documento escrito hace siglos, que permanece a la espera de poder contarnos las historias que se esconden entre sus líneas, y que esperamos que “compartan” con nosotros en fases más avanzadas de la investigación.

Para poder desarrollar el proyecto, estamos incluyendo en una base de datos diseñada para tal efecto aquellos documentos que nos informan de acciones de la vida cotidiana (compras, ventas, donaciones, etc) llevadas a cabo entre individuos pertenecientes al ámbito rural, o pequeños poseedores de tierras alejados de las élites. Pero no siempre resulta sencillo clasificar a estos individuos. A medida que vamos procesando información, nos encontramos con un grupo recurrente que nos plantea problemas para su clasificación. En concreto, los presbíteros, como Wendy Davies ha demostrado en su excelente artículo: “Local priests in northern Iberia”. Esto se debe a que, aunque estos individuos pertenecían al ámbito eclesiástico, normalmente vivían su día a día en el ámbito de las comunidades rurales, formando parte de ellas. Esto hace que ocasionalmente estos individuos aparezcan en los documentos realizando transacciones personales que no parecen estar relacionadas con el grupo eclesiástico. Por ello, a la espera de ser analizados en profundidad, hemos decidido incluir esos documentos dentro de aquellos que fueron escritos en un contexto rural y laico.

Hasta aquí, algunos de los principales aspectos e impresiones destacables de mi primera etapa trabajando para el proyecto People And Writing. Aún queda mucho por hacer, pero creo que es hora de que juntos reivindiquemos y reflexionemos acerca de la importancia de las fuentes altomedievales y del amplio campo de estudio que ofrecen. Quizá así, podamos romper de una vez con los viejos mitos sobre ellas y sobre la Edad Media. Y tú, ¿qué crees? ¿Fue realmente la Edad Media un período oscuro?

                                                                                                                       Javier Gómez Gómez

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